Hacer crecer tu negocio es tan difícil como emprender uno nuevo

En muchas ocasiones nos encontramos en una encrucijada debida al crecimiento de nuestro negocio, y nos preguntamos si no merecería la pena comenzar de nuevo y poner en práctica el dicho “borrón y cuenta nueva”, pero la vorágine nos impide tener la posibilidad de ni siquiera poder plantearnos esto.

Por ello, en lugar de tener ganas de romper con todo, lo que debemos pensar en cómo liberar presión y apoyarnos en profesionales que nos ayuden a tomar decisiones y que nuestra perspectiva cambie o se agudice.

Un empresario, desde su inicio y sobre todo en su consolidación de proyecto, debe ser muy cuidadoso en la captación de los equipos de profesionales directos o externalizados, de los que se rodea. Una mala decisión en alguno de los “puntales” de crecimiento de la empresa, pasa de ser viento a favor, a ser una auténtica rémora, que nos impide desplazarnos o evolucionar nuestro proyecto de forma eficaz.

Por lo expuesto, y basándonos en la experiencia, desde Confislab, siempre hemos estado al lado de los empresarios en todo su periplo de crecimiento, apoyando en su estructuración mercantil, optimizando sus posiciones fiscales, rentabilizando sus costes laborales, en definitiva, dando el máximo apoyo a los emprendedores y a los empresarios ya consolidados, que, tras muchos años de esfuerzos, llegan a veces a un estado de punto muerto que impide crecer de forma acertada.

Si se nos permite el consejo, uno de los más importantes es la CONFIANZA en tus colaboradores. Como indicaba anteriormente, las decisiones del acompañamiento en el viaje de un negocio son cruciales. Pongamos un ejemplo: “si un barco Vikingo quería avanzar en épocas pasadas, todos los remeros debía remar al mismo ritmo, si esto no era así, y los remeros de un lado remaban con diferente frecuencia que los de el otro, el barco se escoraba hacia uno de los lados y perdía en el horizonte el objetivo o destino al que se dirigían, para ello, era fundamental la labor del capitán, que seleccionaba a los remeros en función a sus características físicas o habilidades, para colocarlos en diferentes lugares y equilibrar la nave”. Esta metáfora es la vida o el recorrido de una compañía, por ello los equipos directivos, deben, no solo seleccionar bien a sus “remeros”, sino, colocar a cada uno de ellos en la posición más adecuada para que su máximo rendimiento sea el optimo.

Esta labor es un auténtico arte, que seguro que tú, como empresario, has conseguido o conseguirás.

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